El mejor servicio de alojamiento web al mejor precio

mayo 13, 2010 by  
Filed under Dumbría, Mazaricos, Ponteceso

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www.hostigal.com cuenta con el mejor servicio de alojamiento web a los mejores precio.

Contratar un servicio de hosting para alojar nuestros proyectos puede tornarse en un verdadero dolor de cabeza si no contamos con un soporte personalizado y una buena infraestructura de hardware y software en los servidores, ya sean compartidos, dedicados o virtuales. Hoy hablaremos de un nuevo servicio llamado Hostigal.

hostigal

Hostigal es un servicio completo de alojamiento web, pero que incluye además variedad de servicios anexos que le otorgan ciertas ventajas con respecto a sus competidores hispanos, y algunos americanos. Comenzando porque los planes de hosting van desde precios de solo 2 euros al mes, ideal para blogs.

La imagen corporativa que maneja el sitio se muestra en coherencia con la serie de precios que ofrece. Los paneles de control Plesk, muy conocidos y recomendados de fácil uso, se encuentran presentes en los distintos planes ofrecidos.

Por ejemplo, los servidores virtuales administrados cuentan con estos paneles, además de brindar memoria RAM dedicada y un paquete completo de aplicaciones con un Power Pack. Estos servidores virtuales se ofrecen en 4 planes que van desde los 35 hasta los 105 euros, con hasta 1000 GB de transferencia mensual y 1200 MB de RAM.

Para los dominios hay registro de dominios desde 5 euros (para dominios .com.es), además la renovación también se ofrece al mismo precio. Por último los traslados de dominio, para cualquier extensión, se ofrecen al costo cero, es decir: son completamente gratis.

La mayor churrascada de Galicia dio de comer a miles de personas en Mazaricos

octubre 19, 2009 by  
Filed under Mazaricos

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mazaricos | Ocho terneros a la parrilla. O 1.700 kilos de carne en el plato. Eso fue lo que devoraron y agotaron ayer más de dos mil personas que, atraídas por un inconfundible olor a parrillada campestre, asistieron a la mayor churrascada de Galicia; la madre de todos y cuantos asados se hacen más aquí del Padornelo. ¿Dónde se sirvió semejante comilona? Como es tradición, la zona cero de la carne a la brasa estuvo localizada en el municipio coruñés de Mazaricos, concretamente en el embalse de A Fervenza.

Con preguntarle a los lugareños, a uno le quedaba claro que un banquete gigantesco con los «becerriños» como protagonistas sólo podría celebrarse en un municipio como éste. Y los argumentos los aportaba cualquier paisano: «En Mazaricos críanse os becerros todo o ano, así que non hai cousa mellor que comer os animais criados nos nosos prados», decían. Lógica aplastante: del campo al plato.

En su jugo

Precisamente, de esta cuestión hablaban ayer al mediodía o «á volta das doce», como se oye habitualmente en Mazaricos, los once sufridos parrilleros de A Fervenza. Mientras armaban el zafarrancho, sus ojos y los de todos los que les ayudaban se iban a una carne que, con sólo echarla en la parrilla, soltaba ese jugo que la vuelve deliciosa e irresistible. Sin escatimar elogios a la vianda reina, y bajo la batuta de José Ponte, poco después comenzaron a dejar caer ese manjar sobre la parrilla en la singular isla del río Xallas que, por cierto, en invierno desaparece bajo las aguas.

Tras hacer las brasas, la carne con marcas de hierro comenzó a dejarse ver. Sin duda, la de Mazaricos es una de esas celebraciones en las que el personal «come cos ollos». No es para menos. Al mediodía, los congregados, sobre todo niños, soltaban expresiones de todo tipo al ver, en un mismo plato, un kilo de carne listo para ser engullido. Y es que, en Mazaricos, la cuestión y el desafío está en zamparse esa cantidad por un precio de diez euros que, encima, le da a uno pasaporte para llevarse una cerámica de Buño a su casa.

Las afluencia agotó los 1.700 kilos de carne y muchos se vieron obligados a compartir el plato. Pero hubo excepciones. Cuando la música comenzaba a despedir una fiesta que ha durado tres días (previamente a la churrascada se hizo una comilona con 400 kilos de pollo), la historia de un hombre de Dumbría iba de boca en boca entre los mazaricanos: se había comido dos kilos de carne.

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