La alegre sombra de Portozás

octubre 19, 2009 by  
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Corría el año 1998 cuando un montón de actores y camiones de producción desembarcaban en Laxe para quedarse. La localidad de la Costa da Morte se convirtió en un plató. Al principio fue una novedad, un hecho inédito. Al final, tras cuatro años de rodaje, en una parte de la vida cotidiana de unos vecinos que se implicaron personalmente en aquel proyecto y que formaron una especie de gran familia con el equipo. Era Mareas vivas .

En distintos niveles, hay lugares que tienen su alma vinculada a alguna película. Tirando por lo alto, Nueva York, no es lo mismo sin los ojos de Woody Allen. Más cerca, hay otros mitos. Verano azul , aquel emblema de los 80 españoles, tampoco se entiende sin Nerja. Ni Nerja hoy sin Verano azul .

En Galicia ese ejemplo de relación lo representan Laxe y la producción de Voz Audiovisual, el primer gran éxito de la TVG y el mayor hasta que la misma productora creó Padre Casares , que está reviviendo aquellos índices de audiencia.

Una década después del primer silencio se rueda, la huella aún sigue bien presente. Aún funcionan negocios con el nombre de la serie y todavía los hay que llevan el de Portozás, topónimo con el que la televisión rebautizó a Laxe.

Aquellos primeros momentos los recuerda con cariño el alcalde, Antón Carracedo. Cuenta que entonces era director del ISM y que la productora buscaba un local para utilizarlo como almacén. Les dejó un hueco en el centro.

«Foi unha época moi boa, moi emotiva, e deixou cantidade de amigos», recuerda. También tiene claro el impulso que supuso aquello para la localidad: «Nunca xamais a xente se dará conta do gran favor que fixo esa seria a Laxe», dice el regidor, que lamenta que no aprovechara mejor aquel tirón.

Fueron miles las personas que pasaron por Laxe después de haber visto en la pantalla las aventuras de Petróleo y sus secuaces. «Aínda hoxe sona o nome de Portozás», dice Carracedo.

Con aquella serie están muchos en deuda. Allí lanzaron sus carreras muchos autores. Luís Tosar, que hoy trabaja en Estados Unidos con grandes directores y sabe lo que es filmar grandes papeles en el cine español, se descubrió como juez de aquella villa marinera.

Evaristo Calvo, Eva Fernández, Emilio Rodríguez, Luis Castro y Camila Bossa son algunos de los actores que, a las órdenes durante la mayor parte del rodaje de Emilio McGregor, crearon una gran obra y lanzaron sus carreras artísticas.

Pero es que Mareas Vivas fue también una oportunidad única para algunos actores de la comarca que sin ella, tal vez, no hubieran despuntado después. Alguno ni siquiera sabía que iba a ser actor antes de que empezase aquel rodaje.

Uno que enganchó con las historias de Portozás fue Miguel de Lira, Currás. El de Carnota se dio a conocer entonces.

Otro, un percebeiro de Corme cargado de retranca y buen humor que nunca antes había probado qué era eso de ser actor. Se trata de Suso Lista. Pasó por allí un día, se dejó caer, de casualidad, por un cásting en Corme -donde también se rodaron exteriores, al igual que en Cabana- y fue seleccionado para actuar en un primer capítulo. «Ao final participei polo menos en 40 capítulos», recuerda Lista.

El suyo, además, fue un caso curioso, pues su personaje tenía el mismo nombre. Suso Lista dentro y fuera de la pantalla.

«Foi un cambio na miña vida, e eu cheguei de rebote. A partir desa nunca abandonei a profesión», dice.

De hecho, Lista colgó el neopreno temporalmente para dedicarse más a fondo a la actuación. Ahora escribe sus guiones y trabaja en la creación de cortos. También ha aparecido en la película Celda 211, que se estrenará pronto, y en algún capítulo -de los más vistos- de Padre Casares.

A quien recuerda con especial cariño es al director, Emilio McGregor, fallecido hace unos años.

Los días de rodaje eran para él una fiesta. «Alegría pura», dice, y se pregunta por qué aquel proyecto no siguió adelante.

Cuenta que para Laxe aquello fue un escaparate inmejorable, pero también para el característico acento del gallego de la Costa da Morte, que por primera vez se exhibía con orgullo.

Los ecos de la serie, dice, le llegaron esta misma semana en forma de abrazo. Se lo dio una mujer en nombre de su hermana, que la sigue desde Buenos Aires.

Aunque pasó más tiempo en el plató de A Coruña que en Laxe, el tiempo en la localidad lo recuerda con cariño. Y también a los actores con los que compartió trabajo: Luís Tosar, Ana Blanco, Xavier Estévez, Miguel de Lira, cita.

Proyección

«Laxe foi coñecido a nivel galego de forma brutal», cuenta José Manuel Pato. Recuerda que él animó a los productores, cuando buscaban localizaciones, a quedarse en Laxe.

Y vaya si se quedaron. Durante cuatro años la localidad fue un auténtico plató. Hasta el año 2002 aún se desplazaban hasta allí los equipos de rodaje.

«O beneficio para Laxe foi monumental», dice Pato.

Y es que no había precedentes de nada por el estilo y a los vecinos aquello les encantaba. Si había que cortar una calle, nadie protestaba, si hacía falta silencio, los que estaban en la calle callaban.

Cuatro años de rodaje y muchas temporadas arrasando en los índices de audiencia de la televisión. Y un recuerdo imborrable para los de Laxe y para los muchos vecinos de la comarca que tuvieron también sus pequeños papeles -Pía Lago, de Corcubión y Modesto Fraga, de Fisterra, entre otros- o para los muchos que estuvieron ante la cámara de figurantes. Una experiencia que, seguro estarán viviendo actualmente en Redes, donde Padre Casares teje un éxito similar.

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